Capítulo I.
CARNAVAL, CULTURA, ARTE Y SOCIEDAD.
REFLEXIONES
Este capítulo centra su disertación en plantear elementos para caracterizar preliminarmente los aspectos socioculturales y artísticos de las celebraciones periódicas/paródicas, realizadas en un espacio y un tiempo esenciales, compartidos presencialmente, en los cuales los individuos y las colectividades ponen el mundo al revés , interactuando, desde la risa , la alegría y el goce de la vida, a partir de la oportunidad de encontrase a sí mismo y con los demás creando personajes y expresándolos por medio de propuestas artísticas, parodiando los rasgos sobresalientes de su mundo objetivo, desprendiéndose de la rutina y la cotidianidad, actuando en colectividad con los demás, diluyendo las barreras entre espectador y actor.
Los innumerables Carnavales celebrados hoy (2011) en pequeños pueblos o en grandes ciudades alrededor del mundo, se expresan de diversas maneras y son diversas, también, las percepciones que se tienen de ellos.
Estas percepciones sobre el carnaval pueden ser generadas por las características creativas y artísticas, muchas de ellas afincadas en tradiciones ancestrales de varios siglos, otros recién creadas; o por los estudios sobre los diferentes orígenes, cronologías, caracterizaciones socioculturales: o, por las diferentes formas de participar en el mismo: la del matachín, la del carnavalero, dedicados con toda su energía a crearlo, hacerlo y preservarlo, la de observador espectador, que lucha por no ser actor, la del observador participante que lucha por participar y observar; encontrándose también entre todas estas percepciones, la de quienes definitivamente lo rechazan, no les gusta por diferentes razones, personales, académicas, colectivas, o políticas, aún sin suficiente investigación
El carnaval, la cultura, el arte y la sociedad hacen parte de un todo, se producen de manera conjunta y obedeciendo a condiciones particulares, tiempos, regiones, eventos “condiciones específicas”, “contextos”, o “condiciones particulares”, entrecruzándose y expresándose de diversas formas cada vez que ocurre la celebración.
Aunque el propósito de esta investigación es encontrar elementos para lograr la caracterización de los carnavales del presente, no desconoce las manifestaciones ligadas a la tradición y da una mirada muy general a los posibles orígenes y trayectorias históricas del carnaval, asumiendo su importancia para la creación de las expresiones actuales.
Muchas fiestas de la antigüedad Se consideran como antecedentes de los carnavales: las Dionisiacas, en Grecia y las “Bacanales” en Roma. También la fiesta de las Saturnales:
“Oficialmente se celebraban el día de la consagración del templo de Saturno en el Foro Romano, el 17 de diciembre, con sacrificios y un banquete público festivo. (…) Probablemente las Saturnales fueron la fiesta de la finalización de los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano. (…) Vivir y dejar vivir era el lema de la fiesta y el 17 de diciembre, según cuenta el poeta Catulo, su mejor día….(…)Sabemos que en las Saturnales el esclavo tenía licencia para “dar vuelta a la tortilla” y decir a su señor verdades incómodas. El mundo quedaba patas arriba y podía ocurrir que los señores sirvieran a sus propios esclavos”.1
Podemos encontrar afirmaciones similares pertenecientes a diferentes culturas y a diferentes clases de estudios. En un documentado análisis histórico-cultural centrado en España y en Europa, Julio Caro Baroja_2 rastrea el origen tanto de la fiesta como de sus nombres (“carnaval”, “carnal”, “carnestolendas”, “antruejo” “entrudo”), así como la celebración en diferentes fechas y por diferentes motivos.
El instructivo recorrido por los carnavales en diferentes regiones de España, en el cual analiza características y posibles orígenes, incluso relacionándolos con las fiestas paganas; no sólo en los usos del momento, sino revisando crónicas, creaciones literarias y artísticas desde la edad media hasta la primera mitad del siglo XX, dirige la exposición a demostrar la relación indisoluble entre Carnaval y Cuaresma, de donde procede la tradición impuesta por la colonización en américa.
"El Carnaval -nuestro carnaval- quiérase o no, es un hijo -aunque sea pródigo- del Cristianismo; mejor dicho, sin la idea de la Cuaresma, no existiría en la forma concreta en que ha existido desde las fechas oscuras de la Edad Media europea".3
Caro Baroja valida uno de los significados más difundidos de carnaval, imperante desde la Edad Media: un “adiós a la carne”, o ”toda carne vale”, época de abundancia y desmesura hasta el Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma, periodo de moderación, ayuno y abstinencia.
Cabe destacar la importancia que Caro atribuye al carnaval para la expresión de la imaginación, sin embargo estas posibilidades creativas tienden a desparecer:
“…pero en el momento en que la unidad católica se deshace, en el que los mismos católicos ajustan más su conducta a la inteligencia que al corazón, la imaginación y los sentidos, no solo el carnaval, sino todas las demás viejas fiestas tienden a desaparecer a morir. Queda, de un lado, la liturgia pura; de otro, el mundo del hombre laico o laificado, con su interminable calendario de tristes fiestas políticas y concejiles, jerarquizadas, que no dejan pie ni a la fantasía, ni a la libertad.”4
Al estudiar los rasgos del contexto de Francois Rabelais, expresados en su obra Gargantua y Pantagruel, Mijail Bajtin parte de un profundo análisis de la Edad Media, destacando los aspectos de la cultura popular del siglo XV y estableciendo criterios conceptuales y parámetros básicos para la investigación cultural; refiriéndose al carnaval afirma:
“Para los parodistas, todo, sin excepción, es cómico; la risa es tan universal como la seriedad, y abarca la totalidad del universo, la historia, la sociedad y la concepción del mundo. Es una concepción totalizadora del mundo. Es el aspecto festivo del mundo, en todos sus niveles. Una especie de revelación a través del juego y de la risa. ”5
Una de las características destacas de la cultura popular es la risa y Bajtin describe su importancia como proceso de conocimiento del mundo que nos rodea, declarando:“(…) la profunda originalidad de la antigua cultura popular no nos ha sido revelada”6
La risa, una forma de conocer y expresar el mundo por una vía diferente a la oficial, en el tiempo del carnaval adquiría su máxima expresión a través de diferentes manifestaciones artístico paródicas; fue relegada a un plano muy secundario a partir del siglo XVII en adelante:
“Sin embargo su amplitud e importancia eran considerables en la Edad Media y en el Renacimiento. El mundo infinito de las formas y manifestaciones de la risa se oponen a la cultura oficial, el tono serio, religioso y feudal de la época. Dentro de su diversidad, estas formas y manifestaciones – las fiestas públicas carnavalescas, los ritos y cultos cómicos, los bufones y “bobos”, gigantes, enanos y monstruos, payasos de diversos estilos y categorías, la literatura paródica, vasta y multiforme, etc.- poseen una unidad de estilo y constituyen partes y zonas únicas e indivisibles de la cultura cómica popular, principalmente de la cultura carnavalesca.”7
La actitud del Renacimiento respecto a la risa es definida preliminarmente por Bajtin así:
“…la risa posee un profundo valor de concepción del mundo, es una de las formas fundamentales a través de las cuales se expresa el mundo, la historia y el hombre; es un punto de vista particular y universal sobre el mundo, que percibe a este en forma diferente, pero no menos importante (tal vez más) que el punto de vista serio: sólo la risa, en efecto, puede captar ciertos aspectos excepcionales del mundo.”8
Esa actitud frente a la risa cambia a partir del siglo XVII y puede definirse así:
“… la risa no puede expresar una concepción universal del mundo, solo puede abarcar unos aspectos parciales y parcialmente típicos de la vida social, aspectos negativos, : lo que es esencial e importante no puede ser cómico; la historia y los hombres que representan lo esencial e importante (reyes, jefes militares y héroes) no pueden ser cómicos: el dominio de lo cómico es restringido y específico (vicios de los individuos y de la sociedad): no es posible expresar en el lenguaje de la risa la verdad primordial sobre el mundo y el hombre; sólo el tono serio es de rigor ; de allí que la risa ocupe en la literatura un rango inferior, como un género menor, que describe la vida de los individuos aislados y de los bajos fondos de la sociedad; la risa o es una diversión ligera o una especie de castigo inútil que la sociedad aplica a ciertos seres inferiores y corrompidos.”9
La risa aparentemente no tiene mucha acogida en el Siglo XXI, implica perder el tiempo; y “el tiempo es oro”, hay que utilizarlo en actividades series y útiles. La risa (producida por el goce de vivir) pasa a un plano muy secundario en la vida moderna, pero las sociedades han conservado y comenzado a rescatar el valor de la risa, en los carnavales instituidos y en el renacer de las celebraciones carnavaleras, haciendo presente su tradición integrada, fusionada, mixturada, hibridada con las expresiones culturales actuales (2012).
Para Bajtin Las múltiples manifestaciones de la cultura carnavalesca en la Edad Media pueden subdividirse en tres grandes categorías:
- Formas y rituales del espectáculo (festejos carnavalescos, obras cómicas representadas en las plazas públicas etc.):
- Obras cómicas verbales ( incluso las parodias) de diversa naturaleza: orales y escritas , en latín o en lengua vulgar:
- Diversas formas y tipos de vocabulario familiar y grosero (insultos, juramentos, lenguas populares etc)10
Estas tres categorías, que reflejan en su heterogeneidad un mismo aspecto cómico del mundo, están estrechamente interrelacionadas y se combinan entre sí. Los carnavales, o diferentes celebraciones similares como las fiestas de los bobos, de los locos, “… parecían haber construido, al lado del mundo oficial, un segundo mundo y una segunda vida a la que los hombres de la Edad Media pertenecían en una proporción mayor o menor y en la que vivían en fechas determinadas.”11
Entre las características encontradas en los carnavales actuales sobresale la permanencia de la risa a través de diversas expresiones de acuerdo con los antecedentes, tradiciones, y condiciones sociales, económicas, culturales de las comunidades y regiones donde los celebran. En los carnavales se conserva la creación de un mundo paralelo, otra percepción del mundo y otra forma de vivirlo.
Podríamos decir, con Bajtim, que el goce de la vida y del mundo que se da en los carnavales ha mantenido una tendencia que proviene desde el mundo antiguo:
“la dualidad en la percepción del mundo y la vida humana ya existían en el estadio anterior de la civilización primitiva. En el folclore de los pueblos primitivos se encuentra, paralelamente a los cultos serios (por su organización y su tono) la existencia de cultos cómicos, que convertían a las divinidades en objetos de burla y blasfemia (“risa ritual”): paralelamente a los mitos, mitos cómicos e injuriosos, paralelamente a los héroes sus sosias paródicos.12
Con la intención de establecer las características diferenciadoras del Brasil Roberto DaMatta publica en 1979 “Carnavais, Malandros e Heróis, para uma sociología do dilema Brasileiro” “…una interpretación socioantropológica radical de la sociedad brasileña: “En esa época, como hoy, este punto de vista tenía el propósito de traducir, en lenguaje sociológico, la manera en que estaba constituida una realidad habitualmente llamada “Brasil”. 13
Alejándose del historicismo y las dualidades de las interpretaciones economicistas: ricos-pobres, dominantes- dominados, negro blanco, amo- esclavo, para buscar en la zonas de encuentro y mediación donde se manifiestan los opuestos dicotómicos en múltiples versiones:
“…discutir las peculiaridades de nuestra sociedad es también estudiar esas zonas de encuentro y mediación, esas plazas y atrios que dan los carnavales, las procesiones y el malandraje, zonas donde el tiempo queda suspendido y una nueva rutina debe repetirse o innovarse; donde los problemas se olvidan o se enfrentan; pues ahí –suspendidos entre la rutina automática y la fiesta que reconstruye el mundo – tocamos el reino de la libertad y de lo esencialmente humano. En esas regiones es donde renace el poder del sistema, pero donde puede forjarse la esperanza de ver el mundo de cabeza”14 (30)
Establece una conexión entre el comportamiento social antes, durante y después del ritual, y sus relaciones. La paradoja del mundo organizado autoritario y jerarquizado y el mundo libre del carnaval.
“En un sentido profundo…intenté reflejar esas múltiples formas de hablar de Brasil, orquestadas de manera conflictiva, impresas en los rituales en general y particularmente en el carnaval, fenómeno que éste libro toma en serio y que, por primera vez, se presenta como una vía regia para lograr una interpretación de Brasil.”15(12)
“Carnavales, malandros y héroes” se basa en un discurso que admite muchos carnavales, muchos héroes y varios “médiums” a través de los cuales Brasil puede manifestarse. Precisa la necesidad de estudiar los ritos y sus actores en relación con lo cotidiano y entre sí, no aisladamente.
Según DaMatta los carnavales expresan la búsqueda de cada generación en el manantial de la historia y son un “momento esencial” fuera del tiempo y del espacio:
“Precisamente eso es lo que sucede en el caso de un ceremonial como el carnaval, en el que un conjunto de factores sociales e históricos se combinan una y otra vez para realizar lo que percibimos como el carnaval antiguo y moderno, del interior y de la capital, del norte y del sur, de los ricos y de los pobres. Pero no se puede olvidar que eso ocurre así porque todas estas situaciones están poderosamente dominadas por la idea de que aquí tenemos un momento esencial: fuera del tiempo y del espacio, marcado por acciones invertidas; personajes, gestos y ropas características.”16
Centrando sus observaciones en Rio de Janeiro a finales de la década de 1970, plantea características como : el carnaval crea un espacio especial, ejemplo durante los días de carnaval, los foliaos ( y transeúntes) pueden brincar por donde rutinariamente transitan carros ; crea un espacio múltiple, ocurre en todas partes de la ciudad, buses, calles, metros, parques, cuadras, blocos, y resalta el Carnaval como un rito sin dueño, es de todos.
La interpretación realizada por DaMatta es sustentada a lo largo de esta obra presentando la diversidad de interacciones sociales en la casa en, la calle, en el trabajo, en la peregrinación, en la procesión, en el en el carnaval, en el desfile o parada militar, planteándolas como dramatizaciones de la sociedad.
“…el mismo proceso fundamental de construcción del individuo o de la persona tiene lugar en los grandes festivales colectivos ,como el carnaval, cuando las personas se transforman en individuos y se someten a las reglas generales de la “locura” y de la brincadeira – del reinado de Momo-; estas personas se vuelven anónimas y, por la misma regla de inversión, los individuos anónimos dejan de ser simple fuerza de trabajo o milusos del mercado marginal y se convierten en personas: nobles, cantantes, pasistas, personajes de un drama nacional en el doble sentido del término…”(250)
Las investigaciones sobre carnaval en Brasil han alcanzado un alto grado de cualificación, interesando diferentes disciplinas en su estudio. Lo demuestra el trabajo investigativo del Centro de Referência do Carnaval17 , evidenciado en la publicación, con el Núcleo de Cultura Popular, ambos de la Uerj : TEXTOS ESCOLHIDOS DE CULTURA E ARTE POPULARES , cuyas ediciones del 2009 y 2010 fueron dedicadas a “Estudos de carnaval” , difundiendo diferentes investigaciones como plantea en la introducción del V.6 su editor el profesor Felipe Ferreira:
“Nesta edição procuramos reunir una gama variada de textos capazes de expressar as diferentes formas de se pensar o carnaval no Brasil e na América Latina. Artigos de pesquisadores académicos das mais diversas áreas juntam-se a relatos, depoimentos e opiniões de autores especialmente convidados compondo uma amostra abrangente, dinâmica e, algumas vezes, tensa das formas de se pensar o carnaval”18
Hacen parte integral de los carnavales, en Latinoamérica, las tradiciones de sus habitantes originarios, trasmitidas por más de quinientos años, fusionadas en muchas regiones con las tradiciones africanas: fiestas celebradas según las posiciones del sol durante el año, relacionadas con ritos de iniciación, con la fertilidad, con el comienzo del cultivo o de la cosecha.
En el siglo veintiuno los carnavales poseen rasgos comunes conservados y difundidos durante siglos en diferentes regiones: son tiempo y espacio opuestos a la rutina, dedicados al encuentro de sí mismo y con los demás, a la representación personal y colectiva de la realidad objetiva, a través de la propuesta, la creación artística, el ejercicio de la risa y el goce de la vida como formas de libertad.
En los carnavales actuales siguen siendo un tiempo y un espacio en el que el mundo se invierte, dando paso a la creación popular para la representación de su vida objetiva, incorporando los elementos que comparte con la cultural universal o global, en ellos se manifiesta la mixtura e integración de formas culturales globales a procesos tradicionales locales resultado de hibridaciones iniciadas hace quinientos años.
“La noción de interculturalidad introduce una perspectiva dinámica de la cultura y de las culturas; se centra en el contacto y la interacción, en la mutua influencia, el sincretismo el mestizaje cultural.” Afirma Javier Rodrizales en la introducción de “Carnaval de Negros y Blancos , Juego, Arte y Saber “19 , más adelante dice: “Debe insistirse en que el carnaval de negros y blancos es una manifestación de la cultura tradicional popular, única y peculiar; carácter que le permite insertarse en el ámbito global”
Sintetizando diferentes fuentes los carnavales son el mundo al revés, la segunda vida del pueblo, el contracampo social donde las posiciones ocupadas por cada uno pueden invertirse, interactuando a partir de la risa y el goce compartiendo tiempos y espacios esenciales; son “zonas de encuentro y mediación”.
Los estudios sobre el tema cultural en América y Colombia han precisado la existencia de múltiples culturas, sustentando una percepción que da cuenta de la heterogeneidad, pluralidad y coexistencia de múltiples manifestaciones culturales entremezclándose, hibridándose , incorporando elementos de la globalidad a través de la interacción mediática, transformándose y generando nuevas formas de expresión.
Los carnavales , estas fiestas de la desmesura en lo creativo, de las formas voluminosas , los colores brillantes, del goce y de la risa, de las ambivalencias y las transformaciones son el resultado de un proceso de mixtura y de apropiación de “un capital cultural” creado colectivamente, recogiendo la sabiduría de los ancestros, la creatividad de los jóvenes, las diferentes regiones de donde provenimos, las múltiples experiencias de vida, amalgamadas en la rutina diaria de nuestra existencia, las expresiones individuales y colectivas, la interacción mediática; los carnavales son un hecho proveniente de lo cultura popular,
entendiendo como plantea Jesús Martin Barbero “… que lo popular no habla únicamente desde las culturas indígenas o las campesinas, sino también desde la trama espesa de los mestizajes y las deformaciones de lo urbano, de lo masivo”20.
Los carnavales son un espacio y un tiempo esenciales, en los cuales se manifiestan las potencialidades artísticas de las personas, individual y colectivamente, creando personajes y situaciones para el goce, la risa y la representación cómica del mundo objetivo, cotidiano, de trabajo y rutina.
La apropiación del carnaval por parte de la comunidad implica procesos previos de interacción para la preparación del mismo, sesiones creativas, ensayos, creación de personajes, composición de letras, música, confección de vestuarios, de carrozas, de carros alegóricos, comparsas, cuadrillas, duetos, personajes individuales y múltiples posibilidades más.
En estos periodos de gestación e interacción creativa ,y en el carnaval mismo, sucede la transmisión de la sabiduría popular, el re-encuentro de los conocimientos recogidos por la memoria social respecto a la significación de estas celebraciones y la integración, la mixtura e hibridación cultural característica de la ciudades colombianas, incluida la vertiente de la cultura global a través de los alcances que proporciona el desarrollo de la comunicación interactiva a través de los medios de comunicación. 21
Estos encuentros previos al carnaval acentúan la adquisición del sentido práctico o formas de pensar y de actuar22 y son factor de integración social, generando relaciones entre los individuos para interactuar colectivamente hacia un objetivo común, a través de procesos de investigación, acción, participativa y creativa, propiciando el conocimiento de sí mismo, de su entorno y de su relación con los otros a partir del goce y de la risa.
El camino iniciado hace más de medio siglo por el Maestro Orlando Fals Borda, es faro en la ejecución de proyectos culturales y en la reflexión sobre los mismos, por su trabajo tesonero de posicionamiento de sus conceptos y prácticas, como por el establecimiento de los principios y procedimientos de la Investigación Acción Participativa (I.A.P.)
“Estos hallazgos ayudaron a definir lo que se denominó “participación auténtica”. Esta se diferencia de las versiones liberales y manipuladoras de participación popular que usan los gobiernos. En la “·participación auténtica” se trata de reducir la distancia entre superior y subalterno, entre opresor y oprimido, explotador y explotado. Además se combinan o dialogan diferentes tipos de conocimiento, por ejemplo, la erudición académica y la sabiduría popular.”23
En el carnaval y en procesos de recuperación o fortalecimiento de carnavales puede observarse la importancia y aporte de la sabiduría popular para encontrar las potencialidades expresivas, artísticas, emocionales inscritas en el propio ser y que desconocemos, acallamos, ignoramos. Se conservan enriquecen y difunden por maestros que han venido, a partir de su proceso personal y social, recogiendo la memoria social, conocimientos que relacionan nuestro ser con la naturaleza, los demás seres que la habitan, con los astros. Diferentes a los conocimientos racionales tanto por ubicarse en el ámbito de conocer el mundo desde lo sensible, lo creativo, lo emocional, otra forma de conocer y de interpretar el mundo en el que vivimos, nuestra practica social, nuestro mundo objetivo, o las relaciones que existen en él.
Sobre estos aspectos, el de la sabiduría popular, el del conocimiento sensible se ha referido el maestro Jesús Martin en diferentes oportunidades:
“El proceso que llega entrelaza un doble movimiento. Uno que prosigue y radicaliza el movimiento de la ciencia moderna-Galileo, Newton- por traducir/sustituir el mundo cualitativo de las percepciones sensibles por la cuantificación y la abstracción lógico- numérica; y el otro que reincorpora al proceso científico al valor informativo de lo sensible y lo visible.” 24
En una conferencia en la Maestría de comunicación y medios -IECO - Universidad Nacional25 expuso sobre El rompimiento de las fronteras entre las ciencias y como los conocimientos basados en la memoria social se ha perdido, enfatizando la necesidad de que la Universidad valore los conocimientos del acervo social.
El carnaval es capital cultural colectivo, adquirido y construido a lo largo de los años, partiendo de la herencia de los ancestros y pasa a ser parte del acervo cultural a través de la sabiduría popular, realzando la importancia de la recolección y organización de estos conocimientos para la producción de los presentes.
Jorge Enrique Londoño Pinzón
Profesor Asociado
Facultad de Artes- Escuela de Cine y Televisión
Investigador Instituto de Estudios en Comunicación y Cultura- IECO
Universidad Nacional de Colombia
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1 SCHULTZ, Uwe (dir.)La fiesta De las Saturnales a Woodstock
2 CARO BAROJA, Julio. "El Carnaval" Alianza Editorial. Madrid, 2006
3 CARO BAROJA, Julio. "El Carnaval" pág. 31
4CARO BAROJA, Julio. "El Carnaval" pág. 168
5BAJTIN Mijail. LA CULTURA POPULAR en la Edad Media y el Renacimiento.El Contexto de FrancoisRabelais. Alianza editorial. S.A. Madrid. 1987 (Pág80)
6Ibid(pág 10)
7Ibid(pág 10)
8Ibid (pág 65)
9Ibid (pág 65)
10BAJTINMijail. LA CULTURA POPULAR en la Edad Media y el Renacimiento.El Contexto de FrancoisRabelais. Alianza editorial. S.A. Madrid. 1987 (pp10)
11Ibidpp 11
12Ibid pp11
13 DAMATTA, Roberto. CARNAVALES, MALANDROS Y HÉROES. Hacia una sociología del dilema Brasileño. Fondo de Cultura Económico. México 2002 Pág. 9
14 Ibíd. pág. 30
15 Ibíd. Pág. 12
16 DAMATTA, Roberto. CARNAVALES, MALANDROS Y HÉROES.Pág.41
17 Centro de Referencia del Carnaval - Instituto de Artes de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro- Uerj– Brasil
18 FERREIRA, Felipe en : “Textos Escolhidos de cultura e Arte Populares” Universidade do Estado de Rio de Janeiro . V.6 /Outubro2009
www.tecap.uerj.br
19 RODRIZALEZ, Javier. Carnaval de Negros y Blancos. Juego, Arte y Saber Pasto, Nariño.2011 pp18 y sgts.
20 MARTIN BARBERO, Jesús.De los medios a las mediaciones pp
21 Consultar : ZARAMA VÁSQUEZ Edgar Germán - “EL ROL DEL ARTESANO FRENTE A LA SIGNIFICACIÓN Y SIMBOLOGÍA DEL CARNAVAL DE NEGROS Y BLANCOS DE PASTO, NARIÑO – COLOMBIA” - Trabajo de Investigación IEUD Ginebra, Suiza –1.990 /GOYES, Julio Cesar “Carros ALEGÓRICOS, Carnaval de Pasto. (DVD)
22(ver: Agentes inculcadores de habitus http://www.unal.edu.co/ieco/images/stories/videos/mascaras/TEXTOS%20HTML/A_AGENTESIHA.htm )
23FALS Borda, Orlando ANTOLOGÍA . Colección Obra Selecta. Bogotá Universidad Nacional de Colombia.2010 Pág. 363
24 Martin Barbero- 64, 2005),
Ver: también RODRIZALEZ, Javier. Carnaval de Negros y Blancos. Juego, Arte y Saber Pasto, Nariño.2011
25 Seminario de Investigación I. Maestría en Comunicación y Medios – Ieco- Universidad Nacional de Colombia-Sede Bogotá I- 2012