3.2    EL GRAN INCULCADOR  - EL DIABLO DEL CARNAVAL

“Existo desde el principio del mundo  y, desde entonces, soy un ironista. Ahora bien, como usted debe saber, todos los ironistas son inofensivos, salvo si quieren usar la ironía para insinuar alguna verdad. Yo nunca he pretendido decirle la verdad a nadie, en parte porque de nada sirve y en parte porque no la conozco. Creo que mi hermano mayor, Dios todopoderoso, tan poco la conoce. Sin embargo, eso son  asuntos de familia.”

Fernando Pessoa [1]

          La noche del sábado 3 de enero de 1987 recorriendo de arriba abajo las calles de Riosucio, en medio de una multitud que danzaba apretujada en las plazas de San Sebastián y de la Candelaria, entonando cánticos de saludo a su majestad el Gran Satán: “¡Salve,  Salve a ti Lucifer, padre de la  alegría y fundador de la libertad!”,  súbitamente escuché la voz ronca de  un diablo invitándome a usar una máscara que recibí colocándomela sin vacilar. De inmediato el mundo se transformó totalmente: ahora saltaba, cantaba y bailaba libremente, mientras todos alrededor hacían lo mismo;  me integré a la alegría colectiva  loando y entronizando  a  su excelencia, rebosantes todos de entusiasmo por el inicio de la fiesta: “¡salve, salve sin par carnaval de Riosucio la tierra querida!”. Allí, inmerso en el jolgorio  y detrás de la máscara, alcancé a percibir unas formas de actuar en los habitantes  de la región generadas por la tradición del ritual carnavalero y por su participación en él.

         Existe una profusa literatura sobre el Diablo del Carnaval, sus orígenes y sus características. “Cantares del Diablo”,  “Vida y Muerte de Satán Fuego”, “Declaración de amor al diablo del carnaval, facetas míticas”, “Reseña Histórica del Carnaval de Riosucio”, entre otros documentos citados en la bibliografía.

         Para unos está arraigado en los confines telúricos de mitología indígena, y para otros, más cercano al diablo de la mitología traída por los españoles,  en la fusión de la cultura  indígena con la  española, el diablo cristiano o producto del cristianismo. También podemos tener en cuenta planteamientos  como el siguiente:

“En ausencia de cualquier vínculo con la ortodoxia cristiana, las prácticas rituales de los pueblos indígenas  no podía ser sino ofrendas diabólicas, ejercidas vanamente para impetrar un poder de signo opuesto al de los mismos conquistadores” [2]

         Para los Riosuceños  existe en general, una forma de pensar el diablo que permite observar lo que sucede en el campo social,  Riosucio, diferenciándolo de lo que sucede en el contracampo, el Carnaval.

         Para el campo social existe  el diablo cristiano dios del mal, ser maligno, así como existen los rituales de Semana Santa donde los mismos cuadrilleros y matachines ofician como Nazarenos o como Damas de la Legión de María, “la cuadrilla de la Legión de María” dijo jocosa una de nuestras entrevistadas           

          Para el contracampo social el  Diablo del Carnaval es un símbolo de unión, de alegría, de tregua, de encuentros y rencuentros  una musa para la inspiración artística a la vez que tema de los artistas, tanto en la música, como en la pintura, en la literatura,  en la danza, en la representación, es un diablo al que no se le teme, que protege y acompaña, pero que también puede ser severo y mandarnos al mismísimo infierno.

          La mayoría de los encuestados y entrevistados lo caracterizaron así, pudiéndose establecer que hace parte de un capital  cultural que comparten todos, a continuación algunas respuestas

 “YO me considero hincha numero uno del carnaval,  a mi si me fascina, para mi el diablo del carnaval es un diablo bueno  porque ayudó a unir los dos pueblos La Montaña y Quiebralomo, los indígenas en agradecimiento al diablo,  porque no se los había llevado ,   darle gracias  porque los ayudo a unir,  me  parece muy chévere eso,    ver cada  dos años cuando entra el diablo   pues es pensar positivo, pasarla bien sin hacerle  el feo  a nadie , me parece muy bueno a eso.. 

(K. Mujer jóven  indígena 20 años)

“…el diablo tiene una existencia subliminal, en riosucio, es complicado definirla pero es así, en  Riosucio no existe ni como , ni con   una presencia invisible no, no, no,   en Riosucio existe el diablo es como   el gran dios tutelar de la creación,     el gran Dios que inspira al músico,    que inspira al creador, a la   disfrazadota, a la recibidora de   cuadrillas, no es un ser , no , hay  una presencia ni siquiera mítica, yo    al diablo por eso lo vinculo mucho al   continente americano que es un diablo    telúrico porque tiene que ver con los   temblores de nuestro continente, con   las sacudidas de la tierra, es eso…”     (Entrevista A.Z.)

         Hay una característica del diablo del carnaval de riosucio que aparentemente está oculta en la literatura existente sobre  su origen  y procedencia; los Riosuceños  se esfuerzan por individualizar el  diablo del carnaval, convirtiéndolo en un personaje abierto quien no se oculta tras las divinidades cristianas, en un proceso de sincretismo, sino que tiene independencia y culto diferenciado. No como Santa Bárbara/Cangó u otros.

          El Diablo del Carnaval de Riosucio es él, está ahí, presente, dando la cara, su cara,  no se oculta tras de otra figura, no se oculta tras la Virgen de la Candelaria, ni se oculta tras San Sebastián, es él.  Esta característica lo diferencia de lo sucedido en otras culturas. No ha sincretismo sino lo contrario separación de los dos diablos,  el diablo del carnaval no se esconde detrás de ninguna divinidad, sino que se ha separado totalmente y hace su fiesta cada dos años.

            De esta manera el Gran Satán Fuego, no solo es el gran rey del Carnaval, sino ese símbolo de que promueve a una disposición especial hacia la alegría , la fraternidad, la creatividad  y demás valores carnavaleros, convirtiendose tambíen en el “gran inculcador”. A continuación transcribo una despedida al diablo: 

Despedida al Diablo del Carnaval en el año de 1955

Diablo del Carnaval. Inspirador de esta tierra de Riosucio. Padre de la Guerra en la historia de todas las naciones.  Heraldo  de paz y sello de unión entre los hijos de esta tierra tuya ¡...  yo te saludo...!

No quiero despedirte en ésta vez. No quiero que nos dejes. Tú traes a éste pueblo la alegría y cierras  las heridas del rencor, abiertas por el DEMONIO  de la cruel VIOLENCIA !

Eres la antítesis de lo que imaginan los hipócritas para encubrir sus pecados!

Eres…!  Quien lo creyera!  Una blanca paloma de la PAZ.

Ya lo dijo Don  Gilberto Trejos, cuando apenas eras  un embrión  en el terrible infierno  de OCTAVIANO!  "Si el Diablo es así de lindo,  Carlos, yo me hago llevar del PUTAS!”…

Óyelo bien. Aquí te esperamos con tu  SEÑORA y los barrigoncitos, que tanto les gusta el agua de panela  con plomo derretido!

Te prometemos anticanol para negrear  la cola de caballo de tus rizos. Mucha albayalde para  Blanquear tu piel. Muchos besos de viejas que no lo han probado, para ceñir tus labios de Jazmín!

Tenemos ni ladrones que comulgan todos los días con una gallina robada, para que se corten las uñas que no has sabido  emplear como ellos. Para que cambien esas crueles escuelas de gallo,  que puso Octaviano en tus encías,  tenemos los dentistas de  éste pueblo y el Dr.  Forero te dará su  sonrisa PEPSODEN, para que  nunca dejes de reír.

Las montañeras con tentativas de hombres y fracasos de mujer,  te pondrán sus BLUJINES  apretados,  en vez de tus CHORES  de colchón.

Los maridos burlados y los novios fantoches, te  pondrán  sus cuernos. Te ofrecemos de todo ¡ya lo ves!

Yo el primero, te ofrezco el gigantesco rabo que me causaste al no dejarme disfrazar y un tenedor de 90 pulgadas para que comas  lengua de los que critican su bello carnaval. Y por hecho no  temas que te  ofrecemos dormida caliente y perfumada en el barrio de las espantosas!!!

En cambio de tantos  presentes te llevará las sin tardanza,  a cierto doctorcillo de hígado revenido por el aguardiente, a quien nada le  gusta de lo nuestro, exceptuando el  dinero de los indios enfermos!

Acuérdate cuando estés en tu reino, de los que han manejado los dineros del pueblo en su propio provecho... De los altos impuestos acuerdate señor!  Embriágate  con las falsas promesas de los politiqueros!

Y haz un  infierno aparte – con pailas nuevas y mucha candela-  para que metas en él, aquéllos que vistieron  de luto y de dolor tus calles, enantes  bulliciosas y alegres… Obnubila  sus cerebros!  Ata  sus manos!

Confunde sus malas intenciones…. Transforma el corazón de los perversos… ¡No queremos más crespones funerarios...!  Diablo!

Creemos firmemente que tú hiciste las paces con Dios,  cuando así engalanas a Riosucio, con festones de gozo y alegría!  con comparsas de cambiantes colores y canciones de amor!  Himnos  de paz e irisado  torrente de serpentinas y confetis!

Por eso Diablo del Carnaval, te cambiamos ese tu collar de alacranes y culebras, -símbolo de la DISCORDIA - por el collar- , ese si de la gran orden de la fraternidad. [3]



[1] Pessoa, Fernando. La hora del diablo.Acantilado, Barcelona. 2003

[2] Colmenares Germán, Historia económica y social de Colombia 1537 -1719.TI. Tercer Mundo Editores.  Bogotá , 1999 pp50

[3] Gil, Carlos E. Había una vez un pueblo…Medellín, 1979

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LAS MASCARAS DEL DIABLO